El 27 de julio de 2011, es un día particularmente triste para Candelaria.
Nos ha dejado un hijo muy caro a los sentimiento de nuestro pueblo. Nos ha dejado existir Edmundo Tello Cornejo.
La ingratitud de la vida hace que muchos lectores se estén preguntando quien es Tello Cornejo.
Fue, a mi consideración, el más destacado hijo de Candelaria. Maestro de profesión y vocación, ejerció hasta que las persecuciones políticas lo hicieron abandocar la docencia. Pero no abandonó la enseñanza. Tomo con pasión el camino de la política e hizo de su provincia una gran aula donde luchó por el bienestar de sus antiguos alumnos hoy ciudadanos puntanos.
No me detendré a enumerar todos los cargos que desempeñó, baste decir que su nombre es respetado por todos los sectores políticos de la provincia.
Su actividad se desarrolló principalmente en la localidad de Villa Mercedes, que adoptó como su segunda tierra, y donde pasó largas horas dedicado a la recopilación histórica.
Para quienes tuvimos el honor y la felicidad de conocerlo y dialogar con él nos ha quedado el sabor amargo de su ausencia, mezclado con las ganas insaciables de querer seguir escuchando sus relatos. Escucharlo recordar sus días de infancia en Candelaria, sus días de clases como maestro, sus debates encarnizados en las cámara de Diputrados y Senadores .
Ha terminado su vida, ha comenzado su historia.
Ha partir de hoy se lo tomará como ejemplo del hombre que anhelamos todos los ciudadanos puntanos y que tanto necesitamos en estos tiempos.
Fue un gran hombre, un ejemplar político y lo más destacado: fue una buena persona.
Por: Profesor Fabián Escudero - Candelaria San Luis
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